¿Para quién escribir?

El lector es una de las tres partes fundamentales que cargan de sentido a los textos. Los escritores de ficción se viven preguntando para quién escriben, pero los periodistas también tenemos un horizonte de expectativas, aunque sea más inmediato e intrascendente.

Algunos escribirán para el lector al que está dirigido el medio en el que trabajan, e irán cambiando el tipo de discurso y los contenidos según el destinatario; así crearán un discurso conservador si trabajan en un medio conservador y construirán un texto progre si ese es el lector habitual del medio de comunicación. Eso tal vez sea lo más conveniente en términos de marketing, pero es agotador y un poco ruin para el periodista.

Otros se sobrestimarán y creerán que escriben “para todos” como si eso fuera posible, por lo que terminan escribiendo para ninguna persona real, sino para un imaginario inclasificable. Muchos otros escribirán para conformar a un pequeño grupo de psicópatas que deja comentarios en los diarios, otros no escribirán para nadie porque no pueden ver más allá de sus narices.

Algunos piensan en un lector ideal, o les gustaría escribir para los pobres y marginados, pero es justamente el sector que no tiene acceso a la información. Otros escribirán para los poderosos creyendo que es la manera de garantizarse el éxito.

Yo escribo para mí, no es que sea tan egocéntrica y no piense que existe un otro allá afuera. Pero no puedo evitar pensar en un lector con mis mismas ideas y gustos, aunque no sea recomendable porque mis ideas y gustos no son populares. Es como una especie de doble, alguien que escribe que se desdobla en alguien que lee. Escribo lo que a mí me gustaría leer. No es muy marketinero en estos tiempos en los que una nota tiene más un valor de venta que de calidad, pero todavía creo que es lo más sincero.

Víctimas de la indiferencia

A la sociedad en general, a la clase media, a los medios, no les importa Cromañón.
Según una de las encuestas de Clarín más del 32% de la gente siente indiferencia ante el juicio que acaba de empezar.

Son 194 muertos y la indiferencia le gana a la bronca, los malos recuerdos y la expectativa.
¿Será insensibilidad, egoísmo o ignorancia?

Lejos de la Revolución

Que lejos del clamor popular me siento con los mega eventos deportivos. Mundiales, juegos olímpicos, torneos y demás competencias me resultan indiferentes, aburridos, impenetrables e incomprensibles. Sin embargo, el deporte es una de las manifestaciones que más representan al pueblo, a lo popular, y es ahí cuando siento una mezcla de ajenidad y pertenencia. Hay una unión indivisible entre deporte y sociedad, de la misma forma que existe una disociación entre arte y sociedad. Por más desesperado intento que se haga por unir al arte con lo popular, hay un camino que se cruza y se divide para siempre. Los poetas rusos como Maiakovski soñaban con un “arte proletario y revolucionario”, pero murieron conscientes del fracaso. El pueblo está cerca del deporte y lejos del arte, ¿estará lejos también de cualquier tipo de revolución?

Generación Pop

Era finales de los ’80, cuando todavía íbamos al Italpark, a la Galería Churba de Cabildo y Juramento y nos juntábamos a comer una horrible hamburguesa en Pumper Nic. Después vinieron los ’90, la secundaria, los chicos y la exageración de creer que el mundo se termina en una aburrida fiesta de 15. Odios, fracasos, frustración infantil, sin sentido adolescente, desilusión amorosa y círculo de relaciones son algunas de las emociones de los diarios íntimos que leen y interpretan Carla Crespo y Tatiana Saphir en Re-Genias. Un retrato de lo que fue crecer en la bisagra 80s/ 90s.
La puesta audiovisual, con videos y música, refleja ese mundo de iniciación con una marca personal y autobiográfica. Van narrando un montón de usos y costumbres que representan a la generación que, como yo, hoy ronda los 30. La cultura pop también se refleja en la fragmentación de lugares y fechas que se unen en una nostalgia atemporal.
Una obra que mezcla humor y melancolía.

Re-genias / Diarios íntimos 1985-1997
Ensayo de Divulgación Personal
El Excéntrico de la 18º
Lerma 420 Capital Federal - Buenos Aires
Viernes y Sábado - 22:00 hs - Hasta el 30/08/2008

El pozo y el péndulo

“La sentencia, la espantosa sentencia de muerte, fue la última frase claramente acentuada que llegó a mis oídos. Luego, el sonido de las voces de los inquisidores me pareció que se apagaba en el indefinido zumbido de un sueño.” (Edgar Allan Poe)

“El péndulo se va a dar vuelta”, me dijo durante un diálogo en persona un ex dirigente de los ’70.
“Ahora juzgan a Bussi y Menéndez pero en un tiempo, cuatro o cinco años, son los ex montoneros los que van a ir presos. Y la mayoría de los medios va a operar para eso”, agregó.

Me quedé petrificada. Hasta que reaccioné y le pedí algunas aclaraciones. Después me fui, más triste de lo que había entrado, creyendo que la sociedad que viene va a ser todavía más cruel e injusta.

Estado menemista

Con el discurso de Luciano Miguens ayer en la rural quedó clarísimo: el campo no quiere intervención del Estado ni pagar impuestos.

"Además de las retenciones, que continúan siendo confiscatorias; las restricciones tales como los Registros de Exportación; los plazos de embarques; los Precios Índices, entre otros; impiden el normal desenvolvimiento del sector de comercio ", afirmó el titular de la Sociedad Rural.
Les llama “trabas y obstáculos” a los gravámenes que impone el Estado.
En un momento mintió y dijo que desea el “bienestar de los argentinos”, pero a los pocos minutos esbozó sin tapujos su brutal verdad que define a la entidad que dirige y al reclamo del agro en el conflicto con el Gobierno: “El avance sin límite del gasto público hace que la presión tributaria para nuestro sector sea la más alta de toda la historia".
¿Qué parte de “distribución del ingreso” no habrá entendido?