Nunca me convencieron los recitales en Estadios abiertos. Siempre se pierde el sonido, no se ve nada y es muy incómodo por la cantidad de gente. Pero la tecnología de avanzada trajo un recital impecable en lo que tiene que ver con la acústica y la puesta en escena, pero sobre todo la potencia musical de la banda hizo que el Monumental completo quedara obnubilado y fascinado. Creo que no exagero si digo que fue el recital más deslumbrante que presencié en un estadio. Las canciones tomaron vida propia y no hubo respiro para la emoción en una seguidilla de clásicos inolvidables: “Still Haven’t Found what I’m Looking for”, “Pride (in the Name of Love)”, “Where the Streets Have no Name” y “Whit or Without you”. Los puntos más conmovedores del recital fueron cuando comenzó “Sunday bloody sunday”, una de esas canciones que pueden rememorar toda una vida con sólo escucharla. Bono terminó el tema con un mensaje de coexistencia entre las diferentes religiones. El otro gran momento fue con la hermosísima “One”, los músicos lograron expresar la fragilidad, la ternura y el sentimiento pacifista a las 70.000 personas que llenaron River. Este tema sirvió de contexto para la prédica social de la banda, con la lectura de la declaración de los derechos humanos y el pedido de unión entre los pueblos.
En lo personal, para que sea realmente perfecto hubiera quitado los gestos demagógicos innecesarios de Bono y hubiera elegido otros temas de How to dismantle an atomic bomb. El recital terminó con “All I want is you”, una canción que no me pareció acertada para cerrar por su ritmo lento que dio la sensación de que el concierto terminaba en una especie de fade. Aunque la elección no empañó la noche brillante de la banda irlandesa.
3.3.06
U2 en vivo
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