26.11.11

Contradios





Después del humo fuego vendrá, después mirá esta gente
apocalipsandose, tendiendo a desaparecer.

16.11.11

Riachuelo

La mañana del viernes 30 de octubre, sobre las márgenes del Riachuelo, debajo del Puente Alsina.

13.11.11

Vincent

Gracias a este mundo por Vincent Price.

3.7.11

Carlos, de Olivier Assayas

La película sobre la vida del terrorista venezolano muestra más de lo que explica, pero hay una escena, una gran escena al comienzo que lo dice todo.

Un manifiesto sobre la guerrilla de los 70 en el mundo.

25.6.11

26 de junio de 2002

Ese día estaba en una clase de literatura brasileña dictada por Gonzalo Aguilar. Los chicos del centro de estudiantes de filo pasaban cada media hora, interrumpían para contarnos lo que estaba pasando, querían que reaccionemos, que nos vayamos con ellos a parar el caos que se desbarrancaba. Nada hacía suponer que iban a decir algo importante hasta que se escuchó desde el fondo del aula “mataron a dos”. Mataron a dos y se abrió el silencio, mataron a dos y las miradas se interpusieron, las lapiceras dejaron de escribir “sólo la antropofagia nos une”.
Se fueron, pero era imposible volver a “contra todos los importadores de conciencia enlatada, la existencia palpable de la vida”. O no, o se había hecho presente, ahí estaba enmarcada en medio de la ficticia salida de la crisis la existencia de la muerte, sangrando entre nosotros.
La clase intentó alargarse unos minutos, pero ya nadie quería decir nada. Nos fuimos, salimos, nos empezamos a enterar, a desamar los fantasmas, a escuchar las mentiras que se repetían como las imágenes que se empezaban a unir para entender.
Ellos se volvieron un símbolo, un símbolo más por si hacía falta, por si no alcanzaban tantos hombres, tantos nombres invisibles que se volvieron legibles en la gramática de la represión.

A 9 años del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, este 26 de junio vuelven a cortar el Puente Pueyrredón para recordarlos y pedir justicia.

21.6.11

Teatro en la ciudad

Una de las cosas que más me gusta de Buenos Aires es su gran oferta teatral. No hace falta buscar mucho en la cartelera para encontrar algo movilizante para ver. Las obras se levantan, vuelven, se terminan abruptamente o duran meses y meses, pero siempre hay algo que nos haga tener ganas de salir y ver lo que pasa ahí afuera.
Estas son algunas de las obras que vi últimamente, que todavía están en cartel, y que recomiendo porque verlas nos hace sentir que el mundo es un poco menos despreciable.

Ala de Criados

¿Qué decir que no se haya dicho de Mauricio Kartun? Uno de los más grandes autores teatrales de la escena actual. Ala de Criados vuelve a estar en cartel, hagan cualquier cosa para no perdérsela porque es simplemente perfecta. La historia se sitúa en Mar del Plata en 1919 durante la semana trágica y cuenta la historia de algunos personajes de esa clase alta que se cierra en sí misma mientras el mundo exterior explota. Sutileza, ironía, agudeza y una metáfora para la realidad tan difícil de encontrar porque
“La metáfora es cosa de putos”.

En el Teatro del Pueblo.


Mi vida después

Teatro documental dirigido por Lola Arias y protagonizado, entre otros, por Carla Crespo, una actriz repleta de talento, que todavía no recibió el reconocimiento que se merece. La obra transita las vidas reales de los padres de los actores relacionadas todas con la dictadura. El arte y la vida se cruzan más que nunca para conmover y llevar un poco de reflexión a momentos todavía tan oscuros. Hay una intención de quebrar con todo lo que se hizo antes que se logra de principio a fin. Amé Mi Vida después.

“Cuando yo cumplí 27 pensé ahora ya soy más vieja que mi papá”.

En La Carpintería.

Todo

Rafael Spregelburd otro referente del teatro actual. Todo es ideología, reflexión sobre la identidad, humanismo que da cuenta de la imposibilidad de relacionarse con el otro de algún modo real. Tres pequeñas obras unidas por los elementos narrativos.

"¿Por qué todo arte deviene negocio?"

En la sala Beckett
Las Islas

Las Islas se detiene en el planteo sobre cómo contar el horror, cómo el arte es capaz de transformar la crueldad de la historia en algo verosímil, cómo convertir el dolor más devastador en una pieza teatral con valores estéticos. Plantea también los diferentes modos de entrar a lo que fue la guerra de Malvinas, lo que dejó en una sociedad indiferente, lo que marcó en los cientos de jóvenes que fueron a pelear sin saber por qué, lo que influyó en la política posterior que se encargó de ocultar y barrer las huellas de una batalla vergonzosa.

En el Teatro Alvear


Rosa Brillando

Vanesa Maja interpreta a Marosa di Giorgio, los versos de la poeta uruguaya se manifiestan en una puesta en escena que cruza teatro, música, juegos audiovisuales, plástica para crear una conjunción de climas y apuestas sensoriales. La obra vuelve en julio a Querida Elena, una casona antigua de La Boca que es una obra de arte por sí misma.

“Afuera ruge el bosque, adentro todo se volverá más oscuro y más radiante”

27.5.11

Clarice


¿Escribo o no escribo?
No quiero competir en una carrera conmigo mismo. Un hecho. ¿Cómo se vuelve al hecho? ¿Debo interesarme por el acontecimiento? ¿Podría descender hasta el punto de llenar las páginas con informaciones sobre los “hechos”? ¿Debo imaginar una historia o doy rienda suelta a la inspiración caótica? Tanta falsa inspiración. ¿Y si viene la verdadera y no llego a tomar conciencia de ella? ¿Será demasiado horrible querer adentrarse en uno mismo hasta el límpido yo? Sí, y cuando el yo comienza a no existir, a no reivindicar nada, comienza a formar parte del árbol de la vida: eso es lo que lucho por alcanzar. Olvidarse de sí mismo y no obstante vivir intensamente.
Tengo miedo de escribir. Es tan peligroso. Quien lo ha intentado lo sabe. Peligro de hurgar en lo que está oculto, pues el mundo no está en la superficie, está oculto en sus raíces sumergidas en las profundidades del mar. Para escribir tengo que instalarme en el vacío. Es en este vacío donde existo intuitivamente. Pero es un vacío terriblemente peligroso: de él extraigo sangre. Soy un escritor que tiene miedo de la celada de las palabras: las palabras que digo esconden otras: ¿cuáles? Tal vez las diga. Escribir es una piedra lanzada a lo hondo del pozo.
Meditación leve y suave sobre la nada. Escribo casi totalmente liberado de mi cuerpo. Como si éste levitase. Mi espíritu está vacío por tanta felicidad. Tengo ahora una libertad íntima sólo comparable a un cabalgar sin destino a campo traviesa. Estoy libre de destino. ¿Sería mi destino alcanzar la libertad? No hay una arruga en mi espíritu, que se explaya en espuma fugaz. Ya no me siento acosado. Estado de gracia.

Un soplo de vida, Clarice Lispector.

22.5.11

Sábados en Fátima

Apenas un galpón rectangular, un par de tablas de madera, algunas banquetas y muchos papeles blancos y lápices de colores. No hace falta nada más, ningún otro objeto material para que cerca de veinte jóvenes universitarios pasemos las mañanas de los sábados en el Barrio Fátima de Villa Soldati dando apoyo escolar a chicos que van a la escuela primaria, pero que en cualquier momento pueden dejar de ir.


En el marco del Programa Integral de Acción Comunitaria en Barrios Vulnerables del área de extensión universitaria de la UBA, nos encontramos entre nubarrones a las diez y media de la mañana en la estación Plaza de los Virreyes del Premetro, un tranvía que enfrenta el paso del tiempo y atraviesa todo el sur de la ciudad. A muchos se nos nota el sueño en los gestos, pero los párpados que se caen solos no nos impiden llegar a tiempo, vengamos de donde vengamos.Luego de un viaje corto, nos bajamos en la estación Somellera y caminamos por la avenida Mariano Acosta en fila india como en una procesión. Al dar vuelta la esquina, pasando pocos metros el puesto que vende chori y morci a cinco pesos, aparece el Comedor Comunitario La Fe y una pequeña multitud de chicos esperando que se lanza a saludarnos uno por uno.


Los voluntarios que van hace más tiempo se encargan de la organización, de buscar que cada chico tenga con quien trabajar, de entregar fichas de cada uno, de hacer el mate y de abrir los paquetes de galletitas. A partir de ahí las carpetas se empiezan a abrir, hojas con cuentas borroneadas, papeles pegados y correcciones en rojo. El objetivo es hacer la tarea que les mandaron o repasar para una prueba y el desafío más grande es lograr que nos presten atención, que puedan concentrarse y no se pierdan en un mundo imaginario y cercano, porque dividir les queda lejos, multiplicar todo lo que quieren ser es más fácil que traerlos al presente de un mundo escolar repleto de dificultades.

Nayla va a cuarto grado y tiene que hacer una lista de los conflictos que presenta el cuento Caperucita Roja. No sabe por dónde empezar, ni siquiera sabe qué es un conflicto porque nadie se lo explicó, aunque su vida conviva con ellos todos los días. De a poco va contando qué pasa en el cuento, las relaciones entre los personajes y aunque le cuesta va escribiendo una por una las situaciones conflictivas del clásico que leímos todos y que tal vez sea hora de reemplazar.
La tarea terminó, pero todavía quedan algunos minutos antes de que su mamá la venga a buscar.

- ¿Profe, cuando usted iba al colegio también le daban una netbook?
- No, cuando yo iba al colegio ni siquiera existían las netbooks.
- Ah ¿usaban esas cosas que tienen para poner papeles por arriba, con letras?
-Sí, máquinas de escribir.

Me cuenta que a ella y a todos sus compañeros de la escuela les van a dar una netbook para que se lleven a sus casas y puedan practicar. Está fascinada, dice que la tiene que cuidar mucho, que no se la pueden robar, ni se puede romper. Le digo que no se preocupe, que no va a pasar nada. Nayla sonríe cuando habla, le brillan los ojos y mira fijo como si no tuviera miedo, pero a veces las palabras se le cortan y se queda en silencio, quizás porque se cansó, quizás porque no quiere decir más.
Mientras tanto, Victoria intenta armar un rompecabezas con Gimena, que va a tercer grado. Están las dos sentadas en el suelo, concentradas, mirando las piezas entre las baldosas frías. Arriba, en el primer piso Pablo está con dos chicos de quinto grado enseñándoles a jugar al ajedrez.
Cuando las dos horas pasan decidimos ir a recorrer la feria del barrio que está a dos cuadras de ahí, debajo del puente. Desde mandioca a pollo frito, desde utensilios de cocina a electrodomésticos, desde ropa de mujer a muñequitos rojos, discos pirateados, garrafas de gas. En la feria todo se encuentra, en medio del barro, en medio de las miradas perdidas.


- ¡Muñequitos del amor a sólo diez pesos!
- La próxima vez venimos con más tiempo y nos comemos unos choris.

El barrio Fátima está ubicado a diez cuadras del Parque Indoamericano y tiene alrededor de diez mil habitantes. En las calles hay puestos de comida, verdulerías, hasta una peluquería móvil y castillos inflables. También está la imagen del Gauchito Gil por todas partes, pintada en las paredes, eternizada en santuarios improvisados, un héroe popular capaz de hacer los milagros a los que no llegan los santos tradicionales.


El mediodía pasó y el cielo empieza a abrirse. Los chicos se van caminando solos o con sus madres, por la calle. Nosotros tomamos el Premetro para volver a la ciudad.

6.4.11

Conflicto Salarial en Perfil

Me uno al reclamo de los trabajadores de Editorial Perfil. Por los grandes amigos que quedan y por el salario digno que todos los periodistas nos merecemos.

Estimados colegas, lectores y opinión pública en general: Nos dirigimos a ustedes para comunicarles acerca de la situación interna que vive la redacción de Diario PERFIL, debido a un conflicto salarial que ha derivado en un conflicto de libertad de expresión.

Los redactores de PERFIL continúan realizando sus tareas y escribiendo sus notas, pero para manifestar su disconformidad con la propuesta salarial de la empresa han decidido levantar las firmas de sus artículos y entrevistas. Sin embargo, las autoridades de la editorial se niegan a reconocer ese derecho y han impuesto que todas las notas de sus redactores sean firmadas por terceros, seudónimos o con los nombres de otros integrantes de la redacción, violando así el derecho de los verdaderos autores de los artículos.

El retiro de las firmas es una medida de protesta, ligada estrechamente con la libertad de expresión, implementada por periodistas en varios diarios argentinos y del mundo. En revista Noticias, Perfil.com y revistas Semanario y Luz, publicaciones de la misma editorial, donde estas semanas también se implementó la medida en el contexto del conflicto salarial, se respetó la decisión de los redactores y sus notas fueron publicadas sin firmas.

La Asamblea –que ya comenzó a reunirse diariamente a la espera de una respuesta de la empresa–, integrada por la totalidad de los redactores de Diario PERFIL y por trabajadores de las redacciones de las revistas, fotografía y otras áreas de la editorial, ha decidido informarles de la situación y solicitar su apoyo público a la medida y su repudio, también público, a la decisión editorial de apropiarse de las investigaciones, entrevistas y artículos de los periodistas, que siempre han cumplido con su trabajo y las exigencias periodísticas de la Editorial.

Esta semana, muchos de los columnistas especiales de Diario PERFIL han decidido que si el conflicto salarial no se soluciona antes del fin de semana próximo levantarán las firmas de sus artículos y entrevistas, también en solidaridad con la medida de los redactores. Esta carta lleva al final el comunicado de la Asamblea difundido la semana pasada, donde se explica a qué se debe el conflicto salarial y nuestro reclamo.

Sin otro particular, los saluda atentamente,

Asamblea de Trabajadores de Editorial Perfil.

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Comunicado RECHAZAMOS LA PROPUESTA SALARIAL Y REFORZAMOS LAS MEDIDAS IMPLEMENTADAS

La Asamblea de Trabajadores de Editorial Perfil ha resuelto rechazar la propuesta salarial empresaria. La misma consiste en un aumento en cuatro tramos del 5% cada uno, a cobrarse en mayo, julio, septiembre y noviembre del corriente año, y otro 5% a cobrar en febrero de 2012.

La propuesta empresaria no sólo desconoce el reclamo votado por los trabajadores (35% de aumento inmediato para todas las categorías), también omite que desde el 1º de marzo se encuentra vencida nuestra paritaria anterior, dejándonos durante 60 días sin aumento alguno. Debido a esto y al hecho de que las cuotas no son acumulativas, la propuesta empresaria anualizada apenas supera el 17%. Nuestro reclamo de un 35% de aumento parte de la necesidad de defender nuestros ingresos evitando que sean licuados por la inflación.

Nuestra propuesta se basa también en la evidencia de que Editorial Perfil se encuentra en una etapa de expansión, con la salida de un nuevo diario y la multiplicación de sus negocios internacionales. Los trabajadores de Editorial Perfil hemos resuelto continuar con las medidas de lucha resueltas en asamblea y reforzarlas a partir del jueves 30 con: el retiro de firmas de las notas realizadas en las distintas redacciones y asambleas diarias exigiendo una respuesta en 48 horas.

En ese sentido, reivindicamos nuestro derecho como trabajadores de quitar las firmas, y exigimos que esa medida no sea violentada o alterada por mecanismos empresariales que vulneren el sentido de nuestras decisiones, violando las libertades de expresión y de conciencia expresadas en el Estatuto del Periodista.

Asamblea de Trabajadores de Editorial Perfil

Comisión Gremial Interna
Raúl Mileo 153-587-1041
Marcelo Iglesias 155-410-3271
Rubén Schofrin 155-981-1006

11.3.11

Dolor por la muerte de David Viñas

Fueron cuatro o cinco clases, allá por agosto de 2003 o 2004, cuando se abrió la cátedra de Problemas de Literatura Latinoamericana y él era el titular. David Viñas era una de esos intelectuales que a cierta altura de la vida su formación académica se mezcla con su ser humano, y la experiencia, los golpes y las ideas devienen un conocimiento que trasciende el mero hecho bibliográfico. Hablaba de libros, pero también hablaba de su experiencia de vida, de la Facultad pública que tanto defendía, de mantenerse fiel a sí mismo y de la importancia del pensamiento crítico, eso era para él el privilegio que nosotros teníamos como estudiantes de Letras, el pensamiento crítico. Después enfermó y ya no pudo venir a darnos clases durante dos horas ni una vez por semana. Además de la enseñanza de sus libros, del placer de leerlo, se convirtió en un símbolo de resistencia, al dolor, al paso del tiempo, a las injusticias, al silencio. Resistencia cultural, política y estética. Tal vez su enseñanza más grande fue transmitir que resistir es mantener siempre el espíritu y el pensamiento crítico.

23.2.11

Buscando a Luciano Arruga



Luciano dejará de estar con nosotros el día que dejemos de exigir justicia.

25.1.11

El verbo era presente

No sabemos cómo fue pero pasó. Estábamos jugando al chinchón encerrados cerca de la cama con sábanas de colores secos, mamá, papá, quedaban afuera para dejarnos construir un mundo diferenciado, un mundo otro, que pretendió ser hermoso y terminó siendo un paréntesis abierto, uno sólo, sin cierre ni avance estructural. Una noche, esa noche, en la cena, papá, que leía y releía siempre cada línea aérea de los diarios, que vivía y vive frente al noticiero como si tuviera ritmo de imán, nos dice que mataron a un fotógrafo en Pinamar. No habíamos escuchado de Cabezas, sabíamos de Noticias, el papá de mi amiga Déborah tenía en su casa toda la colección, de la primera a la última, daba miedo la desobediencia. Un golpe conformador, una aridez de la acción cotidiana. Nos quedamos en la mesa discutiendo un poco, poco, porque el silencio era amo y señor del aire que tan rápido como se fue empezó a perder su rumbo, a mezclar los sentidos conducidos a propósito, indefinidos, en un solo lugar.

El canto se volvió único, monotonía de la época, Cabezas presente era el verbo en singular, presente simple, robo del presente continuo, deseo de futuro perfecto de un pasado imposible. Habíamos perdido la resolución, porque los actores se hacían luces grises en altura superficial. Un gobernador en clave vertical, una fuerza policía atascada de odio y sífilis, esperando la crucifixión, un empresario masticando el poder hasta quedarse sin boca, sin sed, sin determinar. Un periodista y un fotógrafo en símbolo de héroe porque ya no se sabía qué hacer. Dejamos el dolor, la entraña de lo hondo que no puede y no entiende, multiplicado, creciendo en una dimensión de ausencia ahogado de respuestas. Y las palabras durmiendo en la costa, despertando un cúmulo de extractos carnales de corte y hueso, nada, porque no había discurso posible capaz de solidificar la arena que ya estaba quebrada, ese enero, en la playa de nombres y descarnización.

Todo el periodismo se cubrió con Cabezas, cada volanta era un crimen, cada bajada la farsa vestida de posibilidad, cada título la catarsis que desde las redacciones ensayaban para fracasar sin piedad contra un muro vacío de intenciones. El poder y la impunidad, la época sustanciada en esa imagen de televisión inconclusa porque las frases explicaban lo que todos creíamos y se decía sólo desde el perfil bajo que construyó con la muerte el imperio del final, el entierro adelantado. El periodismo se había quedado muerto en Pinamar, esa noche de viento y complicidad.

Hay casos policiales que se vuelven políticos y se vuelven sociales y se vuelven todo, esos de los que no podés dejar de hablar en tu casa, en la panadería, con el compañero de banco casual de la facultad, con tu tío al que nunca le hablás, con tu amigos que piensan parecido y te podés relajar. Hay casos que son como una nube de polvo estancada en la garganta, un rayón negro con manchones en la hoja. Cuando mataron a Cabezas había pocas computadoras, era un lujo, un privilegio, un signo de pertenencia. No estábamos comunicados, hablábamos en persona, lo que pensábamos sobre su muerte lo pensábamos en la oralidad, lo primero que salía expulsado, no se podía borrar, ni guardar ni mandar por escrito a ninguna casilla de almacén de datos y estereotipos, el relato era oral y era directo y era ya. Era otro el entramado social, pero el impacto fue idéntico, pegando en cada esquina, repitiendo la escena final, de rodillas ante sus asesinos, el auto carbonizado en tridimensión de cadena nacional.

No hubo nunca más una forma de decir por qué murió, por mostrar una imagen negada, por salir a buscar y traerte caminando en la playa, estampado en la tapa de la revista de leyes, de estatuto esclavizado a la cuenta. No hubo nunca más un sintagma de verdad en las fojas cero de la investigación hostil, jueces que no ideaban causas ni consecuencias, policías que no decían ni qué día nacieron, compañeros que lloraban, lágrimas apretadas prendidas fuego en el mismo auto que trasladó y se quemó con su cuerpo. No hubo nunca más una oración reproducida, acá, allá, en los asientos de los taxis, en las vidrieras de las casas de moda, en la voz suprimida de expresiones de la medianoche, una cinta negra y no se olviden.

Cabezas pasó, ya no se habla en presente, tal vez una sola vez por año, cada 25 de enero de condenas perdonadas. Todos se olvidaron, el nudo de las cintas se perdió debajo del mar. Lo único que queda es su mirada en ensayo absurdo de gigantografía estampada en el edificio de Perfil, cada semana, de entrada y salida, siguiendo los pasos de periodistas, fotógrafos que borraron su firma y pasan por los molinetes sólo para sobrevivir. No queda ni presente en sus ojos, ni falsa paranoia, ni siquiera, una épica para poder contar cómo siguió la historia.

19.1.11

La voz eterna de Janis Joplin

En el universo de la música hay voces, ciertos artistas que se destacan por el sonido que irradian a través de sus gargantas desde un lugar que no parece ser de este mundo. Janis Joplin era y siempre será una de esas voces capaces de convertir en única cualquier canción común. En su voz hay un desgarro melancólico, a veces suave, otras avasallante hasta parecerse a un grito, pero siempre lleno de puro sentimiento, como si estuviera dejando la vida en cada melodía. Su voz irrepetible estaba acompañada de su figura exaltada, llamativa, como un símbolo rebelde e inconformista. Cantar era su modo de resistir y el único espacio posible capaz de satisfacerla. Apenas un puñado de discos grabó antes de morir con tempranos 27 años, sumergida en la heroína y el alcohol. Hoy sería su cumpleaños 68 y su legado permanece, despertando la fascinación de las nuevas generaciones. “Hay que llorar hasta romperse, para crear o decir una pequeña canción, gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia”, dice la poesía Para Janis, que le dedicó Alejandra Pizarnik, otra artista que se fue porque no era de este mundo. Eso hacía Janis Joplin con su música, eso sigue haciendo, cubrir los agujeros de la ausencia.

2.1.11

Dormir en casas de familia en Cuba

Cuba no es sólo su arquitectura impregnada de tradición española y belleza caribeña, no es sólo cultura africana e impronta indígena, no es nada más que tanta historia revolucionaria viva en cada esquina, no es sólo ritmo y alegría, Cuba es también, y tal vez sobre todo, un pueblo abierto y entrañable. Y no hay mejor forma de conocer a ese pueblo que viviendo en casas particulares, porque la vida real de Cuba está entre la calidez y generosidad de su gente.
Luego de tener el primer contacto con La Habana, en un recorrido en taxi desde el Aeropuerto José Martí hasta el barrio el Vedado, llegué a la casa de Hortensia en la calle 25, entre H e I, que había contactado por Internet. Antes de la Revolución, las familias de mayor poder adquisitivo residían en esta zona de caserones coloniales, que a pesar del deterioro mantienen algo de aquella opulencia burguesa.






Hortensia es amable, cordial y una gran anfitriona, pero es también la muestra más nítida de ese sector de la población de la ciudad que no acepta haber perdido sus privilegios y que sueña con mudarse para siempre a lo que considera el paraíso consumista de Miami. “Hace 51 años que aquí no pasa nada”, dice al recibir a los turistas.
Alquilar habitaciones en la capital del país cuesta alrededor de 30 cuc y el desayuno suele cobrarse cerca de 3. Algunas casas también ofrecen cena. Además de las charlas interminables con sus habitantes sobre todo lo que pasa en la isla, quedarse en casas de familias tiene la ventaja de poder probar una comida exquisita y casera. Los desayunos son abundantes y deliciosos, consisten en tostadas con manteca, huevos revueltos, jugos naturales y la mejor fruta de la isla.




Luego de nueve días recorriendo La Habana es momento de partir hacia Cienfuegos. Hortensia me recomienda la casa de Raquel y Osmani. Y al llegar al pueblo, ahí está Raquel esperándome en la estación con un cartel de bienvenida. Al llegar, una escalera externa abre el camino hasta un living decorado con objetos sencillos, de una época que hace recordar a la infancia, que desemboca en un balcón terraza desde el que puede sentirse la brisa y el viento de mar.




Después de emotivas despedidas, el viaje continúa hacia Trinidad. El sol irrumpe en la estación y quema los adoquines de este pueblo repleto de un encanto atemporal. Caminar por las calles de Trinidad, entre paladares y ritmo de reggaeton cubano que se mezcla con tradición colonial se parece a un viaje al pasado que mantiene su inmediato esplendor.



Ruth recibe a los viajeros en su casa y sirve la mesa en un patio envuelto en enredaderas. Su comida es la mejor que probé durante la estadía en Cuba. Abundante, variada, fresca y riquísima. Jugos de guayaba y papaya se convierten en la mejor manera de empezar el día.
Al terminar el viaje, el visitante se queda con la certeza de haber conocido un lugar único en el mundo, donde la vida avanza a otro ritmo y el olor del mar se refleja en las calles fuera del tiempo.