24.1.06

Solas por el mundo

El suplemento Mujer de Clarin publica una nota sobre las mujeres que viajan solas. Dice, por ejemplo, que es un problema sentarse a comer en un restaurante porque te miran. Yo casi no tuve que pasar por eso porque fui a comer afuera sola tres veces, y tenía tanta hambre y fascinación por lo que pasaba a mi alrededor que si me miraron no me afectó. Lo del miedo a la inseguridad nocturna sí lo viví. Me acuerdo que un día me quedé en la Torre Eiffel hasta que se hizo de noche para ver la famosa iluminación, y después empecé a caminar para encontrar el metro, pero no aparecía por ningún lado y me asusté un poco. Las otras veces que salí de noche estuve acompañada, además Europa no es como acá. "Es muy fuerte viajar sola, hay un viaje interno también. Podés pasar días sin hablar con nadie. Puede ser muy movilizador", dicen en la nota de Clarín. Y sí, es muy fuerte, yo pensé que nunca me iba a animar a estar del otro lado del mundo completamente sola, pero me animé y eso me hizo crecer más rápido que ninguna otra cosa en mi vida o comparable sólo a cuando empecé a trabajar.

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