Uno de los pocos programas de televisión que me resultan interesantes no existe más. Tenemos que hablar, conducido por Osvaldo Bazán, dejó de emitirse los domingos a las 23 por TN. Lo bueno del programa era su estructura cuidada y armoniosa, y a la vez flexible y nada conservadora. Bazán planteaba preguntas ágiles a sus cuatro entrevistados y conseguía que los diálogos fluyan. El logro se basaba en la elección de los temas, la manera informal pero segura de plantearlos y las figuras invitadas. Por lo general eran personas relacionadas con el arte, conocidas pero no masivas, jóvenes, progres y con alguna idea sobre la realidad y el mundo en que viven. En la producción estaban Pablo Marchetti e Ingrid Beck, dos de los creadores de la revista Barcelona. Ya no hay programas que tengan a la palabra como protagonista y que sean entretenidos y abiertos. Por eso se extraña.
13.1.06
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