Vientos de agua

Campanella no puede evitarlo. Como en El hijo de la novia vuelve con sus lugares comunes lacrimógenos, sus obviedades de clase media venida a menos y un sentimentalismo medido típico de cine comercial. Pero hay algo en Vientos de agua que parece, al menos en el primer capítulo, estar por encima de sus diálogos predecibles y sus historias contadas ya cincuenta veces. Hay algo en las imágenes que muestran a los dos hermanos en Asturias mirando el mar e imaginándose un futuro mejor en Argentina, prometiéndose volver y no olvidar, hay algo en ese paralelismo de tiempos entre el pasado y el presente, en todo el significado que el personaje de Héctor Alterio le imprime a las palabras “Vete tú” dichas a su hijo quebrado en plena crisis de 2001. Habrá que seguir viendo la nueva miniserie que Canal 13 puso en pantalla los domingos a las 22 para descubrir qué es.