Desde las lejanas tierras de Islandia Sigur Ros editó su cuarto disco. Canciones de cuna previas al sueño más hipnótico se suceden como burbujas que flotan sobre la nieve. Takk comienza con una introducción de menos de dos minutos y sigue con dos temas que resumen toda la magnificencia épica del disco: “Glosoli” y “Hoppipolla”. Hay pop, arreglos electrónicos, pero también ocasionales guitarras salidas de cualquier banda de doom, sonidos tiernos como de campanitas que resuenan con el viento, y letras en islandés que le agregan más misterio y una belleza que trasciende las palabras. Para los que pensaban que Islandia era sólo el país de Björk.
27.5.06
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