24.12.05

Un lugar en Barcelona

El Born representa el cruce entre la estética especial de las construcciones góticas y los modernos locales de vanguardia que caracteriza a Barcelona. El Born es diversidad cultural y a la vez identidad, un viaje anclado en el pasado medieval pero con un pasaje al futuro. Apenas desembocar en el Passeig del Born aparece la imagen imponente de la iglesia Santa María del Mar. Un sábado a la mañana las familias de la alta sociedad concurren al casamiento de alguna pareja joven. Las mujeres se visten manteniendo el encuentro entre la antigüedad y la modernidad, festejan pero no hacen demasiado ruido como para no molestar a los turistas que deambulan maravillados. Las callecitas que confluyen en el Born están llenas de locales de diseño, de ropa y de comida, sobre todo de panaderías con delicias como las magdalenas de manzana y crema. El bulevard empedrado, con faroles antiguos, los balcones que no sobresalen demasiado, los edificios bajos, y el final en el mercado constituyen los elementos que hacen al El Born un lugar irrepetible. El hambre de la larga caminata nos obliga a entrar en uno de esos bares con terraza, a comer unas riquísimas tapas con pan con tomate.

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