La revolución también llegó al mercado tecnológico, y aunque no parece que fuera a destruir al capitalismo, la existencia de Linux es uno de los obstáculos más peligrosos para el monopolio Bill. Estos chicos que crearon Linux no fueron en su momento muy concientes de su poder anti sistema, su objetivo era sumar un nuevo invento a su universo práctico, pero sin darse cuenta crearon una estructura comunista que se convirtió con el tiempo en una bandera de la libertad intelectual y los derechos gratuitos a la cultura y al saber.
Con este sistema operativo se quiebran las barreras del lucro y el dinero deja de ser la fuente principal para adquirir un producto de utilidad. Los diferentes ciberneticos pueden experimentar nuevos programas, con la sola condición de compartirlos para que otros puedan verlos y se inspiren para continuar con la cadena del software.
Linux es gratis, libre, abierto, y además más simple de utilizar ¿entonces porqué la mayoría de la gente insite en seguir acrecentando las arcas de Windows? Todo es cuestión de marketing, y hay que admitir que el sistema es un poco elitista, ya que sólo los que saben pueden ser parte y sentirse verdaderos programadores al servicio del crecimiento informático. Aunque cada vez se está expandiendo más, y hasta Lula dispuso en Brasil que todas las computadoras que funcionan en el Estado tengan Linux. Por ahora, Bill no parece muy preocupado, hay gente que sigue creyendo que las cosas que se pagan son mejores, aunque se basen en la completa ignorancia.
17.11.05
La revolución al sistema
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