La chocotorta es para mi generación como la magdalena de Proust. Un sabor que remite a la infancia. Lejos de desaparecer con el paso del tiempo, la chocotorta ganó sofisticación y hoy se sirve en los bares más top de Palermo. Un postre bien argentino, típico de clase media. Capas de chocolinas de Bagley con mezcla de partes iguales de dulce de leche y mendicrim. Confieso que de chica la odiaba, me daba bastante asco ver como una especie de agüita salía de cada porción.
Nunca más volví a probarla, hasta el otro día cuando fuimos a Oui Oui, un bar con onda francesa en Nicaragua y Dorrego. Pedimos una porción, y era realmente perfecta. Deliciosa, nada que ver con el gusto agrio de aquellas chocotortas de cumpleaños infantiles. Una locura, como lo que nos cobraron después.
4.2.10
La chocotorta perfecta
Etiquetas:
Chocotorta,
Comer afuera
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1 comentario:
Ayy, qué rica!!! Pero me gusta más cuando no es tan perfecta y chorrea dulce por todos lados...
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