Las gotas siguen cayendo, la lluvia ahí afuera inunda las calles de Buenos Aires. Un aluvión de paraguas de colores que no pueden enfrentar el viento y que quedan amontonados en un rincón cuando el agua empieza a bajar. El agua baja, pero la inmundicia queda y se siente más que nunca, se huele en el aire y se percibe en las noches de calor sin luz, en los días de sequedad sin agua, en la bronca acumulada, en la injusticia de los que creen que pueden ganarlo todo y no dar nada.
Ojalá la lluvia sirva para que las caretas empiecen a caer, para que la gente se empiece a dar cuenta, para borrar la mugre que no deja ver, para que las sonrisas falsas no triunfen sobre la incapacidad y el cinismo, para que las imágenes de desolación se esfumen y las alcantarillas se traguen para siempre sus huellas.
*And it rained all night and washed the filfth away (Thom Yorke en The Eraser)
22.2.10
Y llovió toda la noche y arrastró la suciedad*
Etiquetas:
Buenos Aires
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