El demonio se libera una vez por año, en el norte argentino. Las calles se visten de colores, y la gente baila para rendirle culto a la Pachamama. Todo es hipnosis y alegría. Pero el diablo vive apenas unos días, y pronto la fiesta termina. La alegría se vuelve tristeza y las lágrimas empiezan a emanar detrás de las máscaras. La oscuridad es el preludio del entierro, el silencio reina hasta que el año próximo el demonio vuelva a despertar, para llevar la ilusión de felicidad a la madre tierra.
5.2.09
Una cita con el diablo
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario