17.2.09

La injusticia llegó a España...

Esta es la historia de un argentino que fue maltratado y deportado de España sin razón alguna...

Con el paso de las horas siento cómo la historia se va difuminando en mi memoria, al igual que la rabia y la angustia. Como me lo propuse de regreso, debo contar la historia completa, para tener un registro claro, además de no tener que repetirla infinitas veces.
El 7 de febrero partía nuestro vuelo al tan esperado viaje por Europa. Mi viaje contaba con la compañía de T, amiga y ciudadana argentina; y J, amigo y ciudadano español. Por razones de privacidad, y porque no fueron consultados, sólo dejo las iniciales.
La primer escala era Madrid, aeropuerto de Barajas. Allí pasábamos sólo unas horas hasta el próximo vuelo a París, para visitarla 3 días. Luego volvíamos a Barajas para saltar a Oviedo, lugar de residencia de J. Después de una semana iríamos a visitar Lisboa por 2 días, para finalmente volver a Madrid a esperar el vuelo de regreso a Buenos Aires, nuestra casa.
Más allá de mi experiencia personal por ser mi primer vuelo, la llegada a Madrid fue perfecta. Atravesar un par de pasillos en Barajas fue lo único reconfortante del viejo continente.
Llegados al sector de Migraciones (Policía Fronteriza), hacemos la fila correspondiente según nacionalidad. J en la fila de ciudadanos españoles y T y yo en la de "otras nacionalidades". Como era de esperarse, J pasó rapidamente. Nuestra fila era bastante larga ya que justo llegaba un vuelo, aparentemente de China.Fuimos llamados por dos policías en dos ventanillas distintas. Me preguntaron cuántos días me quedaba, cuánta plata traía, si tenía los pasajes de vuelta y los hoteles...
El tema es que los hoteles y los vuelos fueron comprados por internet, así que no teníamos papeles allí, sólamente los códigos de reserva que, desde hace tiempo en esta era digital, son completamente válidos y, por supuesto, verificables instantáneamente.
Aquí comienza la mala voluntad. Fuimos separados de la fila y nos ordenaron esperar mientras, claro, retenían nuestros pasaportes y nos hacían ofuscar un poco por la demora. Estábamos nosotros dos y varias personas más, del mismo u otros vuelos.Después de un rato bastante largo, nos llaman a todos los que estábamos esperando (aproximadamente diez personas, todos sudamericanos) y nos hacen pasar a una sala. Nos llaman de a uno y nos preguntan todo nuevamente, sumando ahora cuánto ganábamos, estado civil y algunas ridiculeces más.Luego de interrogar a todos nos informan que estábamos "retenidos" y que se necesitaba un paso más para decidir nuestra entrada a España. Nos dicen que nos van a pasar a otra sala, donde hay televisión, más comodidades y que también nos ofrecerán comida. ¡Qué amables!Cuando vimos la otra sala, era obvio que estábamos presos. Previo hacernos esperar en una antesala, pequeña, silenciosa, encerrados con llave, nos palparon individualmente y nos quitaron todas las pertenencias menos la ropa que llevábamos puesta, un abrigo, un libro y el dinero. Retuvieron todo: computadoras, celulares, lapiceras, etc. Demás decir que nuestro equipaje quedó del otro lado del aeropuerto.
Ahí comienza un lapso de tiempo de varias horas, sumamente frustrantes y angustiantes. La sala en la que nos encontrábamos era bastante grande, con habitaciones con camas alrededor. Una mesa con bastantes sillas, aire acondicionado, luz artificial y sin ventanas al exterior. Por supuesto, no se podía salir, bajo ninguna circustancia. La única conexión con el mundo exterior eran los teléfonos públicos. Cada varias horas venía una "asistente social" que nos cambiaba billetes por 5 euros en monedas, para hablar por teléfono. Como se imaginarán, 5 euros no son mucho en una conversación internacional... aproximadamente dos minutos. Los teléfonos públicos tenían un número al que se podía llamar desde afuera, así que todos atendíamos e íbamos pasando el tubo a quien correspondiera el llamado. Igual que en la cárcel.
Nos sirvieron comida y nos explicaron que vendría un abogado del estado español para asistirnos en la declaración que debía tomarnos la policía. Luego de esta declaración, "el jefe" decidiría si se nos permite la entrada o no. Al ser domingo (domingo 8 de febrero), habría que esperar más a los abogados.Los que estábamos ahí nos fuimos haciendo amigos, cada uno se enteró del caso de los demás y todos nos parecían injusticias. Éramos turistas siendo discriminados por razones absurdas, y nos ponían en una situación de la cual era imposible salir.Hasta aquí pensábamos que sólo era una cuestión de demora, de explicar un poco más, soportar burocracias y autoritarismos fascistas y que finalmente nos dejen disfrutar de nuestras vacaciones. Pero claro, el desenlace fue peor.La declaración contó con la presencia de la "letrada", que no hizo más que acotar cosas mínimas, además de decir que Buenos Aires era muy lindo y que, locamente, los argentinos decíamos "v chica" en lugar de "uve". No digo que tuviera mala voluntad, pero simplemente estaba de adorno en ese instante. La decisión ya estaba tomada. Me preguntaron nuevamente toooooda la historia de mis vacaciones y agregaron preguntas más ridículas, como cuánto hace que planeaba el viaje, qué lugares quería conocer de las ciudades donde iba, a qué me dedicaba...
La declaración escrita que firmé tenía más cosas de las que yo dije. Por ejemplo, que llevaba x cantidad de dinero, pero que no justificaba su origen (hijo de puta!!); que no tenía carta de invitación (y no, soy turista); que no podía demostrar mi oficio (...); que no tenía documentación de vuelos u hoteles (totalmente falso, tenía los códigos y estaba todo pago). Todos elementos claramente definidos para denegar mi entrada, en lugar de intentar verificar que realmente era turista. Una mala voluntad, un incumplimiento de los deberes de investigar de la policía.
En fin. Todo se hubiera solucionado si alguien hubiera levantado el teléfono para llamar a la compañía aerea por la cual volamos (recordar que estamos dentro de Barajas, ¡es un número interno!) y corroborar que el código que yo presentaba era efectivamente válido. De más decir que es lo único que se necesita cuando te presentás al mostrador mismo del aeropuerto para que te den tus pasajes. Esta es la tarea del policía, verificar si uno es turista o se quiere quedar de ilegal. Lo mismo con los hoteles: no tenían más que llamar.Mil veces le dije al policía que me permitiera mostrarle todos los datos de hoteles y pasajes. Sólo tenía que proveerme de internet. La respuesta fue siempre la misma "no tenemos internet". Seguramente también hubiera asegurado que "no tenía teléfono" para llamar a AirComet. Y yo pienso: está bien que haya un control de frontera, lo creo razonable. Supongamos que tenemos un caso dudoso, ok, investigemos. Ahora, si por NO investigar convertimos a un turista en un falso positivo, entonces no es nada más que discriminación pura. Dejaron de actuar sólamente para mandarnos de vuelta. Y claro, éramos todos sudamericanos.Un tiempo después nos comunicaron que se nos había denegado la entrada a todos. La razón en nuestro caso era "falta de documentación" (los hoteles y vuelos). J, recordemos ciudadano español, hizo un esfuerzo sobrehumano para enviar al fax de la policía los papeles que lo demostraban. Imaginensé lo difícil de entrar al email, imprimir y faxear dentro de Barajas. Prácticamente imposible. De todas formas, fue inútil, no hubo más noticias.Al comunicarnos la denegatoria, en la misma resolución mencionaba que volvíamos en el vuelo de esa misma noche, 22.30. Esto nos fue comunicado a las 14hs, aproximadamente, por lo que estuvimos 6 horas más "detenidos" en esa cárcel que no llaman cárcel. Estábamos allí desde las 7 de la mañana. El policía que me llamó para entregarme la declaración intentó enojarse porque al leer el papel esbocé una sonrisa y no sé qué habré dicho. Él era el enojado.En esas horas no hicimos más que sufrir, angustiarnos, putear, desear fumar, comer lo que nos trajeron, hablar por teléfono con J y familiares, y llamar al cónsul. Éste nos dijo que sacaban 20 personas por día, y que nuestra situación no se podía arreglar. Estaba al tanto de nuestra situación porque grandes amigos ya habían hablado con él hace minutos. Volvió a llamar a la policía para exponer nuevamente el caso, pero no hubo manera. Cristina estaba en España en ese mismo momento.
No sé de dónde saqué las fuerzas para no ponerme a llorar ahí mismo. Al principio queríamos entrar, luego tan solo pedíamos volver a casa. Como hablamos con T en ese mismo recinto, llegado un punto sentimos que, aunque nos dejaran ingresar, dormiríamos en Madrid y nos tomaríamos el primer vuelo de regreso a la Argentina.Finalmente, nuestro vuelo partió a las 22.30 de Barajas, con rumbo Buenos Aires. Nos llevaron en una camioneta de la policía, en la parte de atrás, detrás de un vidrio antibalas. Nos subieron al avión y le entregaron nuestros pasaportes al personal de abordo. Viajamos como retenidos, ya que el avión es territorio español y, claro, no teníamos nuestros pasaportes. Al llegar a Ezeiza nos los entregaron, con el sello que expresaba la no admisión. Ezeiza 7 de febrero, Barajas 8 de febrero, Ezeiza 9 de febrero. Al subirnos al avión, uno de los policías nos deseó "buen viaje".Lamento haber pensado que el primer mundo era distinto. Lamento haber visto cara a cara la xenofobia. Lamento haber vivido la hipocresía, el autoritarismo y la inhumanidad de algunas "personas".Espero que el juicio contra el estado español nos devuelva algo del dinero, moral y salud psíquica perdidas.Nuestro caso fue liviano, aunque suene patético. Había ciudadanos argentinos que estaban "detenidos" hace cuatro días, sin poder cambiarse la ropa ni bañarse. Además de no saber qué iba a suceder con ellos. Ciudadanos brasileños allí desde hacía dos días, psicológicamente destruidos. La perversión y el placer sádico son los reyes.Lo más indignante es lo evidente de la verdad. Cláramente éramos turistas no-admitidos: situación que nadie se preocupó por investigar más allá de las estúpidas formas. La injusticia evidentísima es lo que más duele. Y que te traten como basura, eso no tiene descripción.¿Recuerdan cuando venían a refugiarse a Argentina durante las guerras mundiales? ¡A refugiarse, no de turistas!. Pero esto es pura bronca animal, así que vengan: sean bienvenidos a un lugar más justo, más humano y que no está en crisis.
http://sites.google.com/site/maurogullino/

2 comentarios:

Majo dijo...

Silvi: a una amiga le pasó esto http://verarodriguez.blogspot.com/2009/02/aeropuerto-madrid-barajas-espana.html
Son de terror.
Besos

Vera Rodriguez dijo...

Hola Silvina: te entiendo y te acompaño en el sentimiento de angustia... acabo de vivir la misma situación, leo tus palabras y son las mías... es realmente siniestro... pero no podemos dejarlo así!
Fuerza!