4.9.08

Días de radio

La radio nunca volvió a ser lo que era, al menos yo no volví a encontrar programas que me mantengan pegada al parlante.
El primer recuerdo es de 1988, con apenas 11 años. Radio Bangkok, con Lalo Mir, mezclaban humor y un manejo de la estética radial impecable.



Por la misma época también escuchaba Malas Compañías, con Mario Pergolini. Seguro me perdía la mitad de los chistes, pero era trasgresor escuchar ese formato en aquellos días.



Todo cambió en los 90 con la llegada de la Heavy Rock & Pop. Al principio la escuchaban sólo los “heavys” pero después pasó todos los límites y se convirtió en un programa de culto que todos seguíamos. Me dormía a las tres para escucharlo entero y después me despertaba a las 7 para ir al colegio. Creo que representó a toda una generación de adolescentes inconformistas y despertó en muchos la pasión por el periodismo, un periodismo diferente y desestructurado.



En esa misma época y también por la Rock & Pop escuchaba Hora 25 con Jorge Lanata. El Lanata de Página 12 hacia los mejores reportajes intimistas y le hablaba a la radio de la vida como nadie se había animado. Un Lanata que se extraña.



Después de la Heavy venían los Triciclos Clos, que eran muy divertidos.

Y después vino Rompecabezas. Creo que nada lo superó nunca. Tenía el mejor equipo y decían lo que nadie decía. Era genial. Ahí estaban Jorge Lanata, Adolfo Castelo, Norberto Verea (que dormía tres horas en la radio para hacer el programa), Ernesto Temembaum y Marcelo Zlotogwiazda.

Después de esos hitos la Rock & Pop perdió la magia y la creatividad, y se volvió inescuchable.

Ahora sólo queda la nostalgia. Salvo un poco de Marca de Radio, la radio naufraga entre fórmulas repetidas y discursos vacíos.

*Los audios fueron extraídos de acá y de acá.

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