16.4.06

Cinéfilos en su laberinto


El Bafici (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) genera un sentimiento cruzado de incondicional amor y rencoroso odio. Cada año, desde 1999, cientos de cinéfilos asistimos a largas colas para sacar entradas en las salas de cine del Abasto y nos desesperamos para descubrir las películas más interesantes en una grilla de programación laberíntica. Por un lado, despierta una pasión incontrolable la ilusión de creer que podemos ver las películas más experimentales y revolucionarias en unos cuantos días, y resulta fascinante que en Buenos Aires se realice una muestra de cine tan completa y diversa. Pero por otro lado, genera rechazo que la película que queremos ver se haya programado en un horario imposible o que indefectiblemente las entradas estén siempre agotadas. La organización parece empeorar cada año, los tickets ya no se venden por teléfono, los catálogos desaparecen como por arte de magia y nadie parece estar dispuesto a orientar al espectador. El Abasto se llena de estudiantes de cine con remeras de colores llamativos que pueden avocar todo su día a perderse por los pasillos y los carteles luminosos, críticos de espectáculos que viven de eso y algún otro seudo intelectual con tiempo de sobra. Pero mucha gente que ama el cine, y que tiene una vida laboral que cumplir, queda excluida de un festival que se convierte en un evento para pocos. ¿Por qué 400 películas durante poco más de diez días en seis salas centralizadas en una? ¿No se puede extender más tiempo o ampliar la cantidad de cines? Resulta frustrante el esfuerzo de tiempo y energía que se dedica a conseguir una entrada que luego no estará disponible, y la poca información que se da con anterioridad sobre las películas que se proyectan. Aunque todos los pesares quedan en el olvido cuando logramos llegar a nuestro asiento y disfrutar de una de esas películas memorables. Este año las más prometedoras parecen ser, entre otras: “A Tale of Cinema” de Hong Sang-soo, “Le domain perdu” de Raúl Ruiz y “Last Days” de Gus Van Sant sobre la vida de Kurt Cobain.
El Bafici sin dudas es un muestrario inédito del mejor cine del mundo, pero también es un evento elitista llevado adelante por el propio Estado, que se supone tiene la responsabilidad de acercar el arte y la cultura a una mayor cantidad de gente.

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