En una muestra más del pensamiento retrógrado de la Iglesia, el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, cuestionó los contenidos de la materia Construcción de Ciudadanía porque, según aseguró, "se inspiran en el neomarxismo".
Lo increíble es que el religioso dice que la materia en cuestión "pretende hacer del niño un pequeño teórico crítico para cambiar la sociedad". Y eso, para este señor, es algo negativo y escandaloso. Tristemente, la escuela pública todavía funciona como un aparato ideológico del estado, como decía Althusser, aunque en menor medida que los medios de comunicación tillenizados.
Ojalá, la escuela pueda formar teóricos críticos para cambiar la sociedad, y no para reproducirla con tantas injusticias.
23.6.09
Honestidad brutal
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