Me acuerdo perfectamente del 20 de diciembre de 2001, me acuerdo que me estaban dando el diploma de periodista esa misma semana y se me estaban cayendo una por una todas las ilusiones.
Me daba mucha bronca sentir que iba a ser imposible conseguir un trabajo de lo que me gustaba, a pesar de que en esa época hasta estaba dispuesta a pagar por eso. Me daba mucha pena ver a tanta gente quedarse sin nada por la inoperancia del dormido que estaba en el poder y la crueldad de los sicarios de siempre. Recuerdo que la noche del 19 de diciembre sentí orgullo al ver a tanta gente saliendo a la calle de forma espontánea, nunca vi nada igual y creo que nunca más lo veré.
Me acuerdo de la gente corriendo a una cuadra de Plaza de Mayo y la sensación de ahogo e irritación de los gases lacrimógenos. Me acuerdo que era tarde y que estaba cansada pero que la plaza era el único lugar donde podía estar, y que en el colectivo toda la gente se sentía unida porque iban al mismo lugar y por las mismas causas.
Bronca, emoción y orgullo, todo eso sentí esa noche. Y al día siguiente vino el dolor por las muertes y más bronca por la impunidad.
Me acuerdo que envidiaba a los que se iban pero hoy me alegra haberme quedado. Me acuerdo del caos, que no paraba de emanar en las calles.
21.12.06
Recordando el 20 de diciembre
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