11.12.06

Murió Pinochet

Creo que no hay nada de qué alegrarse. Es triste y da bronca que haya muerto en la impunidad, que ni Chile ni la humanidad hayan podido condenarlo como se merecía.
Queda la sensación de horror e injusticia y la sospecha de que sus crímenes fueron todavía mucho más terribles de lo que se cree y de lo que se puede llegar a saber.
Es triste también que los chilenos no hayan aprendido, que no puedan ver y darse cuenta que su figura simboliza y encarna el terror más inhumano que cualquier sociedad quiere pasar para siempre.

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2 comentarios:

Hache dijo...

Mientras vos debatis si hay que alegrarse o no. Y aunque comparto que estos tipos deben ir presos de por vida. Me alegra mucho que el mundo tenga un hijo de puta menos, no lo puedo evitar.

Silvina Herrera dijo...

Sería bueno poder creer en una justicia divina, pero me parece que la justicia de los hombres es la que importa. Aunque entiendo la alegría.