26.3.09

Radiohead, por fin

Un llanto esquizofrénico, un doloroso misterio excéntrico, un sueño vuelto realidad: Radiohead en vivo y todo fue como lo esperado y más. Después de años de recitales todavía puedo sorprenderme con un puñado de canciones tocadas con perfección y pura emoción. Estuvieron todas las canciones que quería escuchar. "Paranoid Android", "Karma Police", "Creep" y en especial "Street Spirit (Fade Out)" el momento más conmovedor con un Thom Yorke haciendo lo que quería con su voz, envolviendo a las 30.000 personas que llenaron el estadio. Y “How to disappear completely” dedicado a los desaparecidos. La banda que faltaba por fin tocó en Argentina con un show inolvidable. Ojalá vuelvan.

25.3.09

24 de marzo

Pasaron 33 años, pero lo que dejó el Golpe está presente todos los días en las calles, en los diarios, en las injusticias cotidianas. La muerte, la sinrazón, la más profunda desigualdad, el fascismo egoísta no son cosas del pasado existen todavía hoy en esos mismos que dicen que es mejor olvidar. El Golpe se manifiesta en las frases lanzadas sin pensar por personajes influyentes con melenas rubias y cerebros vacíos, en las marchas por la seguridad de los bolsillos de la clase media, en la discriminación al que tiene menos, en el odio hacia el diferente, en la frivolidad sin crítica, en la indiferencia al hambre y la exclusión. En los políticos que dicen que no tienen ideología, en los que paran el país por intereses mezquinos, en una ley de radiodifusión que todavía muchos defienden. En los que con su panza llena prefieren creer que ser pobre se elige, que el desocupado es un vago y que los docentes no quieren trabajar.
Son pocos, muchas veces repudiados y otras ignorados, pero pasarán los años, y todos los 24 de marzo seguirán pidiendo incansables por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

23.3.09

Poetas suicidas

No puede haber acto más romántico que morir por amor. Desde la ficción del exagerado Werther, que dio su vida por no ser correspondido, hasta la realidad de poetas que no pudieron separar la vida del arte y se suicidaron tal vez como el último acto poético.
En la obra de todos ellos la muerte es una presencia continua.

Nerval se ahorcó a los 47 años. En El desdichado escribió: El tenebroso soy, el viudo, el desconsolado, el Príncipe de Aquitania en su torre abolida: Murió mi única estrella, y en mi laúd constelado se muestra el negro sol de la melancolía.
Alfonsina Storni se arrojó al mar tras descubrir que tenía cáncer. De Golondrinas: ¿No sabéis, golondrinas errantes, no sabéis, que tengo el alma enferma porque no puedo irme volando yo también?
Maiakovski se mató de un tiro tras pelear por la revolución con poemas sin llegada a los obreros. Yo me limpio al sol leninista y sigo navegando con la revolución. Temo a estos millares de versos como un niño teme la mentira.
Cesare Pavese se suicidó en un hotel tras enterarse que la mujer que amaba se había casado con otro. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos -esta muerte que nos acompaña de la mañana a la noche, insomne, sorda, como un viejo remordimiento o un vicio absurdo-. Tus ojos serán una vana palabra, un grito acallado, un silencio.
Sylvia Plath metió la cabeza dentro del horno, sentía que su marido Ted Hughes ya no la quería. Ella abordó la literatura del yo con sus fascinantes diarios. Yo todavía estoy cruda. Digo que tal vez vuelva. Ya sabes para qué son las mentiras. Ni en tu cielo Zen nos encontraremos.
Y Alejandra Pizarnik, un referente para una generación entera de poetas y militantes. Se tomó un frasco de pastillas una noche cualquiera. La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante. Y yo no diré mi poema y yo he de decirlo. Aún si el poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no tiene destino. Antes de morir escribió en el pizarrón de su cuarto: No quiero ir nada más que hasta el fondo.

18.3.09

Esperando a Radiohead

Dentro de una semana el paso de Radiohead por Argentina habrá sido historia.
Al parecer el setlist está plagado de temas del último disco, In Rainbows, bastante de Kid A, menos de Ok Computer y casi nada de The Bends. En México tocaron dos días, una fecha hicieron "Karma Police" y la otra "Street Spirit", y sólo una cerraron con "Creep".

15.3.09

Cocina andina

Cada región tiene su comida, gustos particulares y sabores característicos que definen la cultura y el modo de vivir de un lugar. La cocina autóctona del Norte argentino tiene algunos ingredientes distintivos típicos de la zona: la llama, las papas andinas y la quinoa. Hay distintos modos de prepararlos: desde mujeres en las calles que arman empanadas caseras hasta combinaciones gourmet en algunos restaurantes de puntos más turísticos como Tilcara.
Cada preparación acompaña al paisaje y define la naturaleza y las costumbres del lugar, como el culto ancestral a la Pachamama.
En Tres Pozos comimos unas milanesas de llama bien caseras, dentro de una casa- restaurant que atiende a los esporádicos visitantes.
En La Chacana, un restó gourmet de Tilcara, la preparan envuelta en panceta.


También preparan un lomo con papas andinas.


La quinoa la sirven en ensalada, como risoto con champignones o para rebosar pollo.
Acá se consigue en algunas naturistas, pero no hay nada como probarla en el aire del norte, rodeada de cerros de colores.

12.3.09

Milk

Mi mundo privado es una obra maestra, Milk es el reflejo pálido y estereotipado.
El verdadero Gus Van Sant es el de Elephant y Paranoid Park, no este que se desfigura para gustarle a Hollywood. El director de Gerry parece haberse aprendido a la perfección las lecciones de la Academia: un guión lineal y aburrido, un antihéroe con obstáculos y un final grandilocuente con la palabra esperanza repetida hasta el hartazgo.
Pero eso sí, Sean Penn está GENIAL.

10.3.09

La casa de Diego

La inmensidad es tan abarcadora que deslumbra. Cardones silenciosos protagonizan un paisaje áspero y lejano, pero inquebrantable. Diego vive al pie del monte. “No tengo nada que ver con Maradona”, dice cuando se presenta. Para él la vida es quietud y lucha, allá en Juella, un pueblo que resiste el olvido del otro lado de Tilcara. Sólo una calle arbolada recorre sus casas hechas de adobe y tierra. Diego vive cruzando el río seco, que sólo conoce algunas pequeñas gotas de agua cuando el cielo se abre y las gotas como lágrimas vuelven a caer. Así pasa sus días, sentado mirando el río sin agua, colgando las pieles que luego bajará a vender una vez por mes. Tal vez evocando un tiempo pasado de apogeo indígena, del que sólo quedan rastros, que aunque indeclinables se mezclan con signos de una cultura globalizada. En la mirada brava de Diego, en los montes inmemoriales, en el sonido del silencio, en la oscuridad de las noches frías y en las piedras inmutables están las huellas de una identidad distante, que a pesar del menosprecio y la indiferencia forma parte de esto que somos en esta parte atormentada del continente.