5.2.06

Un director existencialista

Así como Tim Burton es el director de la melancolía, porque sus películas tratan esa temática desde diferentes acercamientos, Richard Linklater se convirtió en el director del existencialismo. “Despertando a la Vida” (2001) demuestra la exacta perfección de su interés por las imágenes y las palabras. La película está animada sobre la actuación de personas reales, lo que le da una atmósfera muy particular y moderna. Los diálogos son una clase magistral de un director que diseña algunos de los mejores guiones del cine contemporáneo. El film cruza todo el tiempo las dimensiones del sueño y la vigilia, el personaje confunde su vida real con los momentos ilusorios de la mente e introduce el pensamiento de la filosofía moderna, de Sartre a Foucault, pasando por Nietzche, pero sin hacerlo tedioso o demasiado académico. En una escena de la película aparecen Ethan Hawke y Julie Delpy, la pareja protagónica de “Antes del amanecer” (1995) y “Antes del atardecer” (2004). Dos películas que perfectamente podrían ser una con el cartel entre medio que diga “nueve años después”. Creo que es una (o dos) de las películas románticas más creíbles y emotivas, que nunca caen en la cursilería fácil o el golpe bajo. Y vuelve a demostrar su impecable manejo del guión. Los diálogos entre los enamorados son el eje central del film que se basa en una historia simple, real, lejos del melo dramatismo y muy cerca de los significados cotidianos de la existencia. La segunda parte transcurre en Paris, donde vive la protagonista. Comienza en la famosa librería Shakespeare & Company, frente a la iglesia Notre Dame,

y recorre el bar Le Pure Café en el Barrio Latino y el parque la Promenade Plantée. Pero Linklater también es capaz de hacer una película totalmente diferente como la comedia “Escuela de rock” (2003), con un genial Jack Black haciendo de profesor fracasado pero lleno de vida, que entrega un papel entrañable. Hace poco pude ver en video otra cinta dirigida por él que se llama justamente “Tape” (2001). Una película minimalista que transcurre en una habitación de hotel, protagonizada otra vez por Ethan Hawke con su mujer de entonces Uma Thurman. El film recorre las posibilidades de la mente humana, y de las diferentes percepciones que las personas pueden tener sobre un mismo hecho. Un director para seguir de cerca y volver a ver sin aburrirse.

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