Pottermanía

Durante estos días el fenómeno Harry Potter volvió a estar en las páginas destacadas de los diarios por la aparición en español de "Harry Potter y el misterio del príncipe", la sexta entrega de la saga. En la Argentina despierta furor como en casi todo el mundo occidental y cuando uno se pregunta qué tiene la historia que atrapa a tantos niños y adolescentes que por lo general nunca habían leído nada antes, la respuesta suele estar en las tremendas campañas de marketing que tiene detrás. Sin duda, sin apoyo comercial nada de eso existiría, pero creo que además hay otras razones. Las películas potenciaron la locura y la idea de cientos de chicos de vestirse de magos para cada presentación. La magia es un punto fundamental para explicar el fenómeno, atrapa que alguien pueda cambiar por completo su triste realidad y vivir un mundo de fantasías con sólo mover una varita. También atraen los personajes estereotipados, que el héroe tenga las mismas virtudes de siempre, los malos los mismos defectos y la escritura sea lineal, aburrida y monótona como para no generar ningún tipo de complicaciones. Lo único positivo de todo esto es que abre las puertas de la lectura, que tal vez algún niño o joven se acerque a otros autores después de leer a Harry Potter y termine odiando la banalidad del relato creado por J.K. Rowling.