Faltan seis páginas, algunos conceptos más sobre el cruce de los límites de lo real en Silvina Ocampo y Clarice Lispector, un mail, una entrega, una nota y termina un ciclo que empezó hace casi 14 años. Catorce años de materias abandonadas por la mitad, de finales a los que nunca me presenté, de clases magistrales, de cátedras mediocres, de lucha política, de pensamiento crítico y de grandes amigos. A pesar de tanta burocracia y de los obstáculos, la experiencia de la UBA es determinante y enriquecedora como ninguna otra cosa. Nadie es igual después de haber pasado por la UBA, desde lo intelectual hasta lo humano. No sé si tengo otra cosa por la que sentirme tan orgullosa, porque mil veces quise irme y no volver más, mil veces pensé que no iba a poder remontar el aplazo en griego I, pensé que no iba a poder enfrentar otro final oral rodeada de eminencias, pero siempre hubo algo más fuerte que me hacia volver e intentarlo otra vez. “Si estudian letras es porque están en contra de algo”, dijo Jorge Panesi en una de las primeras clases de Teoría y Análisis Literario y creo que ese día supe que estaba en el lugar correcto. Y así fueron pasando los profesores. Algunos olvidables, a los que ni vale la pena nombrar, y otros inolvidables: Beatriz Sarlo, Roberto Ferro, Martín Kohan, Daniel Link, David Viñas, Gonzalo Aguilar, Nicolás Rosa, Marcela Crocce, Martín Ciordia y Silvia Delfino. A pesar de tantas dificultades y de tantas cosas que no comparto, seguramente si empezara otra vez volvería a elegir estudiar letras, porque amo leer libros y me encanta escribir, tal vez como ninguna otra cosa en la vida.
Todavía no sé para qué me servirá el título, espero que para algo más que estar colgado en la pared.
8.5.10
¿Chau Puán?
11.2.10
La biblioteca de Babel
Desde la Facultad de Filosofía y Letras, lanzaron una página digital para poder bajarse libros de las materias de todas las carreras. Libros que muchas veces están agotados y son muy difíciles de conseguir. Por supuesto, el proyecto no es institucional, es de estudiantes para estudiantes y no hay nombres detrás, para resguardarse de las leyes ridículas sobre derechos de autor.
Es un material invalorable para los estudiantes que muchas veces no saben dónde buscar los libros que necesitan o simplemente no pueden pagarlos porque el precio de los textos es demencial en la Argentina.
Hay 7765 libros y seguro se irán sumando más.
Los responsables declaran:
Los psicóticos nos apoderaremos del siglo XXI, contra intimaciones legales y gestoras colectivas de derechos. La filosofía del colectivo y la magia del compartir: para los que estamos locos. Los que nos quedamos, los que no arrugamos, los que creemos que lo que hacemos es defender un derecho antes que violar una ley.
Los locos del siglo XXI traemos, para ustedes, de vuelta, la BiblioFyL. Esto que antes era un servicio y hoy, después de seis meses de juntarnos y discutir, es un acto político. Antes que cualquier otra cosa: un acto de amor.
Que otra cosa que un acto de amor puede ser brindar la posibilidad de leer Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes o La poética del espacio de Gaston Bachelard. También hay textos de Kerouac, Mariátegui, Holderlin, artículos críticos, Dossier preparados por las Cátedras y mucho más.
Este es el link:
http://www.bibliofyl.com