23.6.10

Adiós al escritor del pueblo

En estos días en que todos recuerdan a José Saramago, yo quiero recordar a Carlos Monsiváis, porque fue un escritor que peleó con la palabra por un mundo mejor, a veces desde el olvido, otras desde el reconocimiento, pero siempre cerca del pueblo. Pertenecía a ese mundo de escritores de los que ya no quedan, que no se conforman con la vida burguesa del intelectual que permanece detrás de la comodidad de su sillón, era de los que salían a la calle a mirar la realidad y gritarla con literatura.

Día 19. Hora: 7:19. El miedo. La realidad cotidiana se desmenuza en oscilaciones, ruidos categóricos o minúsculos, estallido de cristales, desplome de objetos o de revestimientos, gritos, llantos, el intenso crujido que anuncia la siguiente impredecible metamorfosis de la habitación, del departamento, de la casa, del edificio... El miedo, la fascinación inevitable del abismo contenida y nulificada por la preocupación de la familia, por el vigor del instinto de sobrevivencia. Los segundos premiosos, plenos de una energía que azota, corroe, intimida, se convierte en la debilidad de quien la sufre. "El fin del mundo es el fin de mi vida", versus: "No pasa nada, no hay que asustarse. Guardemos la calma"... Y los consejos no llegan a pronunciarse, el pánico es primera o segunda piel, a ganar la salida, a urdir la fuga de esa cárcel que es mi habitación, a distanciarse de esa trampa mortífera que fe hogar o residencia provisional. El crujido se agudiza, en el bamboleo la catástrofe se estabiliza, la gente se viste como puede o se viste sólo con su pánico, el miedo es una mística tan poderosa que resucita o actualiza otras místicas, las aprendidas en la infancia, las que van de la superstición a la convicción, a las frases primigenias, las fórmulas de salvamento a la hora postrera.

De Entrada libre, crónica de la sociedad que se organiza, Carlos Monsiváis.

19.6.10

Viajar

Cuando uno viaja hay algo interno que se modifica para siempre. No es pasar unos días en un lugar, volver y seguir con la vida. Los viajes duran para siempre. Como decía Hemingway en ese libo eterno que es Paris era una fiesta: “Te perseguirá vayas donde vayas”. Los sitios en los que estuvimos nos siguen, reaparecen, vuelven, están ahí para reacomodar el mundo con una nueva perspectiva. Europa sigue ahí: Madrid, Barcelona, Roma, Paris, Londres, Cuba sigue ahí, cada minuto, no puedo hacer que se vayan, no quiero hacer que se vayan. Sus gentes, sus aromas, sus calles, su lenguaje, sus negocios, el aire que se respira, la comida, la forma de ser y de estar, permanecen inalterables.
“El sentimiento fatal del paso monótono de los días es imposible”, dijo Kafka sobre los viajes en sus diarios. Jack Kerouac escribió en el que tal vez sea el texto de viajes fundamental del siglo XX: “La carretera es la vida, tenemos que ponernos en movimiento”.

La inmensidad de El Malecón en La Habana.

12.6.10

Mi vida después

Carla Crespo reestrena Mi vida después, la obra de Lola Arias que estuvo de gira por toda Europa. La puesta cuenta a través de material documental las historias de los padres de seis jóvenes que están relacionadas de distintas maneras con la última dictadura militar. Carla narra la vida de su padre sargento del ERP desaparecido y Vanina Fulco habla sobre su padre, apropiador de Juan Cabandié con quien ella se crió como hermana.
Carla habla de la obra, de su mirada personal sobre ese momento histórico y político, y de su actividad como actriz en esta nota que le hice para Nuestros Actores: "Mi generación tenía la necesidad de contar una historia con compromiso político".

6.6.10

Calamaro sigue volviendo

A sólo tres años de La Lengua Popular, Calamaro lanza On the Rock. En la lista de temas incluye uno de esos rock furiosos al estilo de Días Distintos, con una letra con referencias políticas, pero ambivalente.

Gomontonera, el temazo del disco.