Vincere es esa clase de película que al referirse a un momento determinado de la historia y a un personaje en particular habla del sentido mismo de la vida y de la humanidad toda. El film de Marco Belocchio atraviesa momentos de reflexión, de ternura, de violencia, de profundo amor al relatar la vida de una mujer que entregó su vida a un hombre que la traicionó, como traicionó a su historia, a su pueblo y a sus más profundos ideales. Vincere es un melodrama, porque se detiene en las emociones pero nunca pasa el límite de lo sensiblero, es un film universal que va de lo particular a lo absoluto. Y es un film impregnado de extrema belleza, de imágenes mudas que dicen mucho más que discursos enteros, como esa escena en la que Ida Dalser se trepa a la reja del manicomio donde la encerraron y desparrama sus cartas en un acto de desesperación, mientras afuera la nieve cae, la vida pasa y la injusticia teje sus redes de locura y dolor.
Vincere es la historia terrible de la amante de Benito Mussolini, silenciada durante años y salida a luz recién hace poco tiempo. Su historia es una metáfora descarnada de la relación de represión y poder del Duce con aquella Italia.
Vincere también es la maravillosa película que es gracias a la actriz de El último beso, Giovanna Mezzogiorno, que entrega una interpretación sólida e intensa.
Es esa clase de película que habla del amor y de la política como expresiones inseparables, porque tal vez por más lejanas que parezcan, son imposibles de disociar.
Como dato a rescatar, Vincere vendió en su primer fin de semana 16.178 localidades en apenas 12 salas.
18.8.10
Vincere
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