La Loca de Mierda

La creación de Malena Pichot llegó a MTV y me alegra, me gusta que las chicas Puan triunfen (alguna vez). Lástima que los videos no se puedan embeber como los de YouTube, sino subiría el Capítulo III.
Pero, así empezó todo:

La furia de Clarín

Diario sobre Diarios realizó un completo informe sobre los desatinos que "El Gran Diario Argentino" comete día a día en su pelea contra el Gobierno:

Desde agosto último el periodismo argentino está pasmado.El Grupo Clarín, afectado como multimedios por decisiones del Gobierno nacional, viene editando su diario en forma inusitada.
“Furia clarinesca” la denominó el dueño de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia; “furia” le llamó Horacio Verbitsky; “catástrofe” escribió Martín Caparrós; “bandazos” advirtió un editor misionero; “tapas crispadas” describió otro editor, pero de un sitio web.
Una parte importante de la comunidad periodística le advierte a Clarín que está jugando todo lo que le queda de su capital más valioso: su marca, su credibilidad.

El informe completo:
http://www.diariosobrediarios.com.ar/eldsd/zonadura/index.htm

Murió Patrick Swayze

Hay tres películas de Patrick Swayze fundamentales para las personas de mi generación. Esas películas que dejaron una marca en nuestras vidas, más allá del nivel cinematográfico.
Una es Ghost, la vi a los 12 años y aunque esté llena de estereotipos en ese momento era la historia de amor más conmovedora. Tenía un gran guión y una gran comediante como Woopi Goldberg.
Otra es Dirty Dancing. Otra gran historia de amor, que amamos cuando teníamos 14 años a pesar de su mediocridad.
La tercera es la única que trasciende el paso del tiempo, una película de culto, insuperable. Point Break.
Hoy Patric Swayze murió a los 57 años víctima de un cáncer. Si hay una escena inolvidable es esa en la que su personaje de surfer entra al mar, después de esperar esas olas durante toda su vida y se pierde en el océano, sabiendo que ya nunca va a volver.

Brad Mehldau

Ver en vivo a Brad Mehldau es una experiencia distinta. Un hombre solo con su piano ante tres mil personas magnetizadas por el talento. Pura sobriedad, tranquilidad y música que cruza tecnicismo y emoción. A veces, no hace falta nada más.

Fiesta

Desde esta noche cambiará mi vida
Desde esta noche, desde esta noche

Placer en el dolor

El jueves fui a hacer una nota con chicos que se cortan. Adolescentes que sienten tanta angustia que la única forma que encuentran de aliviar el dolor es cortándose, haciéndose tajos en los brazos hasta sangrar. La mayor parte de la gente no entiende, sólo pone cara de espanto. Los chicos que entrevisté no tienen ni nunca tuvieron problemas económicos, al contrario, se criaron con todos los gustos materiales y con el afecto de su padres. Pero el desamparo que sienten es tan profundo, una melancolía que no se cura con otra cosa más que con dolor más intenso. Les pasa a miles de chicos en el mundo, aunque se silencie y no se hable porque está mal visto. Giuliana es una chica de 19 años que tiene todo su cuerpo lleno de marcas, marcas de tristeza en la piel que ya nunca se van a ir. Tiene una belleza tan frágil que conmueve verla tan lastimada, mutilada por ella misma.
Sentir placer en el dolor, pero al extremo. “Es una situación que se genera por una situación traumática que te hace sentir tanto dolor que no sabes como manejarlo y cortarse te ofrece una manera fácil y breve de olvidar el dolor. Más bien te hace concentrarte en el dolor físico y dejar de lado por un momento el dolor psicológico”.
Quienes se cortan sólo piden una cosa: No juzguen, no intenten entender, sólo traten de ayudar.
Y aunque muchos sólo puedan ver el morbo, detrás hay terribles angustias que no tienen nada que ver con una moda en jóvenes.

Volvió Capusotto

Genial como siempre. Los hallazgos de esta nueva temporada fueron dos: Violencia Rivas, una psicóloga que canta contra el amor, y el gpzz de Micky Vainilla.
Lo extraño es que Capusotto no sólo le gusta al progre que se ríe del fascismo ajeno, también le gusta al facho que cree que se está riendo de la hipocresía de algunos progres.

Otra época

Me encantan los mercados de barrio, esos que fueron fundados en el siglo XIX y después de cien años todavía permanecen casi intactos. Son como una isla en la vorágine de la modernidad, como me dijo una vez para una nota un puestero que vende chocotortas junto a su mujer. No quedan muchos, pero algunos todavía resisten, como huellas de una Buenos Aires de un tiempo que no quiere morir. Como esas casas antiguas y los edificios de antaño, los adoquines en algunos pasajes perdidos entre los barrios, los pocos bares que no fueron reciclados, los tejados que no sufrieron el derrumbe y los patios lejanos, ya sin flores.
El Mercado del Progreso en Caballito todavía permanece con su fachada original y su mampostería de hierros oxidados.