No existen los “excesos” en las fuerzas armadas ni de seguridad. Siempre hay una orden política detrás. No hay excesos, sino cumplimientos, aunque la justicia se encargue de hacer parecer otra cosa.
A Fernando de la Rúa se le otorgó la falta de mérito por las muertes de diciembre de 2001.
A Eduardo Duhalde y su séquito nunca los juzgaron por los crímenes de Kosteki y Santillán.
Al parecer, pasará lo mismo con Jorge Sobisch, claro autor intelectual del asesinato de Carlos Fuentealba.
5.6.08
Autores intelectuales impunes
Etiquetas:
Política
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