Facundo, bienvenido al mundo

Bendita España de Azañas y Machados

Mis abuelos paternos nacieron en Damasco, eran sirio libaneses. Lo de Herrera es una mentira, mi verdadero apellido es Rahme. Mis tatarabuelos maternos eran italianos, pero los abuelos de mi abuela eran de España de Asturias, Fernández del Campo y Fernández del Río, y vinieron a la Argentina a fines del siglo XIX.
Por alguna razón, me siento mucho más española, que siria o italiana. Desprecio con toda el alma el genocidio que significó la colonización, pero no creo que los españoles de hoy, al menos la mayoría, tengan algo que ver con eso. Los españoles de hoy supieron construir una sociedad más o menos justa, con respeto y cultura superando décadas de franquismo, muerte y dictadura.
Tal vez por eso sigo tan de cerca las elecciones en España, porque recuerdo los española que me sentí cuando estuve en Madrid y Barcelona, y porque me llevé para siempre parte de su impronta. Por eso quiero que el 9 vuelva a ganar Zapatero, a pesar de todos sus defectos. Porque Rajoy da asco de sólo escucharlo, porque sería un retroceso para la España socialista que por fin está creciendo, esa que soñaron los miles de españoles que pelearon por la República y fueron acribillados sin piedad por Franco en la guerra civil.

En el debate, Rajoy repitió un libreto preparado sin soltura y sin mostrar ningún tipo de compromiso social. Zapatero al menos respondió con altura.

Punto para La Nación.com

La Nación es el único diario online que actualiza minuto a minuto los ganadores de los premios Oscar. Minutouno pegó un cable que daba ganador a Javier Bardem, Infobae y Perfil.com tienen el adelanto y en Clarín no hay nada de nada.

De cartón piedra

La medida de Macri contra los cartoneros no debería sorprender a nadie. Es un Macri auténtico, el que desprecia e intenta borrar todo lo que molesta. Un gobierno para la gente bien de Belgrano. Pero que repriman el asentamiento con una orden judicial falsa, violando la ley que dicen defender ya es demasiado. Y que digan que lo hacen por la salud y la seguridad de los cartoneros, cuando le mandan a la policía a golpearlos es más cínico de lo que se podía esperar. Además, ¿no era que la policía es nacional y responde al Poder Ejecutivo?

El extraño, gótico y maravilloso mundo de Tim Burton

¿Cómo no amar a Tim Burton? Después de ver Sweeney Todd, se reafirma mi amor incondicional hacia su increíble obra. Tal vez tenga un poco de reparos hacia todo el marketing que genera su cine, que con los años se supo volver tan popular, pero mantiene el encanto oscuro y melancólico.
El tema de la melancolía es el eje que estructura el universo cinematográfico de Tim Burton. Uno puede trazar una línea que una a todos los personajes de Burton, y esa línea es la melancolía. Todos sus personajes están atravesados por una tristeza espiritual provocada por su disociación con el espacio en que viven. A Burton no le interesan los héroes sino los antihéroes.
Y Sweeny Todd le agrega una característica misógina y cruel que, tal vez por su dolor o porque es Johnny Depp con sus gestos típicos, construye un personaje adorable.
Abusa un poco con el musical, pero la atmósfera lúgubre y el final inesperado colocan a Todd casi a la altura de sus mejores films.

There's a hole in the world like a great black pit
And it's filled with people who are filled with shit
And the vermin of the world inhabit it.

¿Qué cánon?

En todos lados hablan del Cánon Digital. Un desesperado intento por parar la piratería o, como dicen, subsidiar las pérdidas que deja. No hay caso, los empresarios parecen no entender que las cosas cambian, que hay otro modo de entender la música y el cine y que el CD tiene sus días contados. Pongan el cánon que quieran, no tiene sentido porque ya es imparable.