31.1.10

A un año de la desaparición de Luciano Arruga

Hace un año Luciano Arruga estaba con unos amigos en la esquina de su casa en Lomas del Mirador. Testigos afirman que varios policías aparecieron y le empezaron a pegar, lo subieron al patrullero, le siguieron pegando, y lo llevaron a la comisaría donde le pegaron otra vez. Desde ese momento, nada más se supo del joven de 16 años que vivía con su familia en una zona humilde.
Su madre cuenta que la policía había intentado reclutar a Luciano para delinquir. Pero el joven se negó, por lo que empezó a sufrir amenazas y golpes. La familia no recibe ningún apoyo político de ningún funcionario provincial o nacional. Mientras, la mayoría de los medios masivos de comunicación optó por el silencio cuando se trata de un caso particular que pone de manifiesto prácticas que siembran el terror y afectan a toda la población.
A un año de su desaparición, hay ochos policías sospechados que no están imputados en la causa y siguen trabajando.

Links:
Desaparecido en democracia
Luciano Arruga desaparecido

29.1.10

Levantando el Cemento

Cemento, el mítico reducto del rock del barrio de San Telmo, está siendo destruido por el gobierno de la Ciudad para usarlo como galpón del Ministerio de Educación. Lo cuentan en una muy interesante nota de Pagina 12. No me da pena, Cemento era un lugar inmundo, una especie de embudo humano, donde las bandas sonaban horrible, las instalaciones se caían a pedazos y no había la menor medida de seguridad. Estaba destinado a ser el escenario de una tragedia, pero por algún error del destino sucedió en el otro boliche de Omar Chabán, República Cromañón. De todas formas, lo que pasó en un local marcó el futuro del otro. Lo que sí me da es una profunda nostalgia, de tantos momentos vividos con personas que amé, de tanta música irrepetible, de comienzos y finales, de miradas encubridoras, de noches que ya nunca van a volver.
Si tengo que elegir un momento musical de todos los que viví en Cemento, sin duda el más inolvidable fue aquel de algún día de junio de 1992 viendo a Divididos. Habían tocado apenas un tema, y de repente las luces se apagaron y el sonido se interrumpió. Tras un momento de incertidumbre, Ricardo Mollo y Diego Arnedo prendieron algunas velas, agarraron una guitarra acústica y se pusieron a tocar y cantar como si estuvieran en el living de su casa, en una reunión de amigos. Siguieron así durante más de media hora, hasta que las luces volvieron a prenderse y el recital siguió como si nada.

20.1.10

Combatiendo el capital

En nuestros ya clásicos almuerzos de martes con mi amiga Cielo, estuvimos en el Restaurante El General, en su nuevo local de Belgrano al 300. La antigua y mítica casa ubicada a dos cuadras, donde se reunían los líderes peronistas, cerró hace más de un año porque los dueños dejaron de pagar los sueldos y huyeron. Pero los trabajadores se unieron, crearon una cooperativa y hoy forman una empresa recuperada más de la que viven diez familias.
Las fábricas recuperadas asociadas al MNFR son 120, y aunque el fenómeno se gestó con la crisis de 2001, hoy siguen apareciendo nuevas cooperativas ahí donde los empresarios no pagan sus deudas y se van, dejando a los trabajadores sin empleo. A pesar de las innumerables trabas legales, y de la desaprobación de un sector de la población, las fábricas sin patrón funcionan y se mantienen con dignidad.
Y de paso, en El General se come riquísimo y relativamente barato.

17.1.10

Haití, tarea infinita

Uno de los libros que más me impactó de los que tuve que leer durante mi paso por la facultad fue La escritura o la vida, de Jorge Semprún. El texto plantea la imposibilidad de contar el horror, de narrar lo inenarrable, tras la existencia de los campos de concentración nazis. ¿Cómo decir con palabras una realidad que supera al lenguaje? ¿Cómo describir el sufrimiento, cuando el sufrimiento es inabarcable?

“¿Se puede contar, podrá contarse alguna vez? No hace falta ningún esfuerzo particular de memoria, tampoco hace falta ninguna documentación digna de crédito, comprobada. Todavía está en presente la muerte. Está ocurriendo ante nuestros ojos, basta con mirar. Siguen muriendo a centenares. Una duda me asalta sobre la posibilidad de contar, no porque la experiencia vivida sea indecible. Ha sido invivible, algo del todo diferente. Necesitaría varias vidas para poder contar toda esa muerte. Contar esa muerte hasta el final, tarea infinita”.

No puedo dejar de relacionar ese texto con lo que está pasando en Haití. Todo lo que se dice no alcanza, son palabras vacías ante la dimensión de un horror innombrable. Un país donde hacía tiempo ya no quedaba gente que se despierte a la mañana para ir a trabajar, ni chicos corriendo en los patios de las escuelas, ni un estado que intente reconstruir lo imposible, un país abandonado. Ahora ya ni siquiera quedan sueños. Un doble horror que pudo haberse evitado si la comunidad internacional se hubiera interesado antes por ayudarlos.

“Haití ya no existe. Su capital sólo es ya un inmenso cementerio en ruinas por el que pasean sin saber hacia dónde millones de personas convertidas en vagabundos”, dice el corresponsal de El País, enviado a Puerto Príncipe. A la distancia puede sentirse la angustia, una ínfima parte de la angustia, pero el verdadero horror no puede contarse.

12.1.10

Los trabajadores del Diario Crítica, en situación crítica

Desde mañana martes, el diario Crítica de la Argentina se verá distinto: los trabajadores decidimos retirar las firmas de todas las notas hasta que la empresa editora Papel 2.0 abone los salarios de diciembre de 2009, todavía impagos. Junto a esta medida, este miércoles 13 de enero, a las 13.30, nos movilizaremos a la sede del Ministerio de Trabajo en Callao 114 (esquina Bartolomé Mitre).
Las únicas notas que aparecerán firmadas en los próximos días serán las escritas por colaboradores externos, quienes también reclaman pagos atrasados pero cobran por nota publicada. Estas medidas, votadas por unanimidad en la Asamblea de Trabajadores del lunes 11 de enero, se realizan en reclamo de:
— Pago en término de los salarios y aguinaldo. Pese a que la empresa avisó el 5 de enero que pagaría los sueldos fuera del plazo legal y en cuotas a partir de la fecha, los trabajadores nos encontramos hoy con un nuevo incumplimiento y otra promesa de pago de una “primera cuota” recién para el viernes 15. Así se repite lo ocurrido con los haberes de noviembre, que fueron pagados con demora y en tres cuotas. Además, Papel 2.0 tampoco abonó aún el medio aguinaldo de diciembre y sólo prometió que lo haría el 22 de enero.
— Firma del acuerdo por la recomposición salarial de 2009. La patronal se niega a firmar un acuerdo salarial, a pesar de que el anterior caducó el 31 de octubre pasado y de que los trabajadores habíamos iniciado las negociaciones con la suficiente antelación, a fines de septiembre de 2009. Ya hubo un acuerdo verbal sobre las sumas y los porcentajes, pero la empresa pretende prolongar su vigencia por un plazo de diecisiete meses (hasta el 31 de marzo de 2011), algo insólito e inédito en nuestro país.
— Regularización de la situación de los colaboradores. Quienes facturan por sus notas —varios de ellos en condiciones de ser «blanqueados» según las normas que rigen la actividad periodística— no cobran desde agosto de 2009, con una deuda acumulada de $144.000. La empresa no respondió siquiera a la propuesta realizada por los mismos colaboradores de establecer un plan de pagos para saldar esa deuda.
Convocamos para este miércoles, a las 13.30, a todas las comisiones internas de medios de comunicación, a todos los sindicatos, a todas las organizaciones sociales y políticas a acompañar nuestro reclamo en el Ministerio de Trabajo. Allí los delegados de la Comisión Interna asistirán a una nueva audiencia de conciliación de partes convocada por la cartera laboral.

COMISIÓN INTERNA DEL DIARIO CRÍTICA DE LA ARGENTINA

11.1.10

Murió Eric Rohmer

Se fue uno de los creadores más grandes del cine francés.
Tenía 89 años, a pesar de la avanzada edad siempre da mucha pena la muerte de los artistas creativos, porque ya nunca verá la luz una obra suya.
Hubo pocos como él capaces de relatar con tanto detalle y belleza lo intrincado de las relaciones humanas. Ya no quedan Rohmers en el mundo actual, pero su influencia permanecerá.

4.1.10

Un día se marchó

La nena del 5º B siempre estaba gritando por los pasillos, su voz era aguda, monótona, pero estridente. No decía nada, sólo producía un sonido ensordecedor. Sus padres no la retaban en público, esperaban siempre a pasar la puerta de su departamento para lanzar la catarata de insultos que la pobre niña recibía sin inmutarse. En esos momentos, todo en ella era silencio.
En los días de calor acostumbraban dejar la puerta abierta, tal vez les faltara el aire y creían que algo de brisa externa podía llegar a esa punta del edificio por algún recoveco de la escalera. Toda clase de sonidos provenía de esa luz al final del pasillo, a veces incomprensibles, otras nítidos como la noche sin viento. A veces sonaba Rehab de Amy Winehouse, pero sólo a veces. Una tarde de domingo, los gritos de la pequeña niña se transformaron en llantos desgarradores. Los padres iban y venían por los pasillos, subían y bajaban las escaleras y murmuraban palabras ininteligibles. Algo les había pasado, pero la puerta del departamento seguía abierta, como si cerrarla fuera una maldición.
A las 7 y media de la tarde tocaron el timbre. No fue un sonido suave, fue un ruido insistente, convencido, tan seguro que me asustó. No conozco a los vecinos, nadie me toca la puerta a ninguna hora. Era el administrador. Un señor de 80 años, que se desintegra.
- ¿No vio una tortuga?
- No, no vi.
No veía una tortuga desde hacía más de 15 años.
-Porque se escapó del 5º B y la nena no para de llorar. Me pidieron que le pregunte si no la había visto.
Cerré la puerta. Los gritos se iban apagando de a poco.

3.1.10

Memorias de cinco años

“Nos acomodamos en el primer piso. Yo justo estaba mirando las lucecitas que daban contra el techo, cerca de la tela de sombra. Cuando vi la llama dije a los chicos ‘nos vamos’. Agarré a mi compañera y me fui con ella. Muchos se quedaron mirando, supongo porque esperaban que se apagase, o porque no entendían. Bajamos la escalera, y a partir de ahí se me borronea todo el trayecto. Sí recuerdo el sonido, ese silencio encapsulado, con muchos gritos de fondo. La imagen la tengo de a ratos; era un contraste extraño entre el fuego, el calor y la oscuridad de ese humo negro”.

Fragmento de la gran nota Memorias de Cinco años, publicada hoy en Página 12

Aunque la sociedad, los medios, la justicia, la gente en la calle, los funcionarios vacíos se hayan olvidado, porque quisieron olvidarse, porque es más fácil, porque no da réditos, porque creen que ya no importa, después de cinco años algunos seguimos llorando por Cromañón, por vidas muertas, por mentiras asesinas, por dolor innecesario, por desidia. Cada 30 de diciembre, cada día, no nos olvidamos. Nunca. A pesar de jueces que consideran que los responsables merecen estar libres y lucrar con la muerte, a pesar de la clase media que reniega y pide nada más la reapertura de la calle Mitre, a pesar de una gran masa que jamás podrá ponerse en el lugar del otro, porque tal vez no se da cuenta que el otro somos todos. A pesar de que los padres sigan reclamando cada vez más solos. Algunos, todavía, no nos olvidamos, no queremos olvidarnos. Nunca.